Noche de podcast en vivo
La noche del sábado empezó así, corriendo para llegar a tiempo a una sesión de podcasting live. Había comprado las entradas hace tres semanas, después de hacer una búsqueda burda en Google: “podcasting, events, New York City”. Entonces, apareció este show, que se veía raro y emocionante:
Si pudieras saber el día exacto en que vas a morir, ¿lo averiguarías? Únase a Rose Eveleth, presentadora de Flash Forward, en una experiencia interactiva en el que el público decidirá su destino, mientras habita un mundo donde cada persona puede encontrar la fecha en la que va a morir.
Aunque ese tema de la muerte no me parecía especialmente atractivo, no cerré la pestaña. Googleé un poco más y encontré que este show era organizado por un podcast que se ocupa de pensar el futuro, en cada episodio sus productores hablan de un escenario posible para la raza humana y lo examinan con diferentes entrevistados. El podcast se llama Flash Forward, y el evento al que yo iría se llamaba Flash Forward Live: Expiration Date.
Es que, por alguna razón que yo desconozco, las personas que hacen podcast también se han interesado en hacer espectáculos. Típicamente estos son una versión de los programas de radio, pero para teatros. Quizá los más famosos son los que hace RadioLab, que tienen luces, marionetas, efectos visuales, música en vivo y, claro, grandes locutores.
Yo no sé como Isabel y Tariq se dejaron dejaron convencer de ir conmigo. Cuando uno dice podcast en vivo o podcasting live, ¿qué se imaginan los otros? Este es un formato aún desconocido, y cada quién hace lo que se le da la gana, así que no hay forma de saber.
A la larga, llegamos tarde Flash Forward Live, pero no nos perdimos de nada. El espacio era mucho más parecido a un bar que a un teatro, o sea que no era puntual. El sitio tenía una pequeña tarima rodeado de mesas, a la derecha un bar y a la izquierda una librería con sofás.
Cada espectador tenía en su mesa dos papeles y un sticker de Flash Forward. Mientras yo pegaba el sticker en mi libreta, mis amigos fueron por cervezas y justito cuando todos en el bar teníamos algo de beber, empezó el show.
Dos chicas subieron al escenario, cada una se sentó en un extremo. La primera estaba equipada con un computador, una tableta y varios papeles. La segunda, con un escritorio modesto, una lamparita y un guión, esa era la locutora.
La del computador tomó la palabra. Dijo que gracias por venir esta noche, que tomemos mucho en el bar y que sigamos a Flash Forward en redes sociales, porque todo eso ayuda a que eventos como este sigan siendo organizados. Además, preguntó si ya habíamos visto los papeles que teníamos en las mesas, que estos eran importantes para a votar. Y se dedicó a hacer una prueba, algo que resultó más o menos así:
Estás en un subway, vas camino a East Village a ver Flash Forward Live. En el tren, ves a una señora, es un poco mayor y muy atractiva. Está vestida de rojo. Ella mira de vuelta y te hace un gesto para que se bajen juntos en la siguiente estación.
En ese momento se prenden las luces del bar. Yo ni siquiera había notado que estábamos en la penumbra. Entonces, la señorita de la tarima dice:
Ahora, ustedes deciden.
A - Dejan que la dama se baje en la estación y continúan su trayecto para venir hasta acá.
B - Salen con la señora, cualquier otro día pueden ver un podcast en vivo.
Tomen alguno de los papeles en la mesa y voten. Así es como decidiremos cómo avanzan las historias que vamos a contar hoy.
Bueno, veo que tenemos... 50% B y otro 50% de A; eso da mitad de ánimo para seguir.
La gente se rió. Durante la noche, ambas señoritas nos contaron tres historias. La productora se encargó de las votaciones, la de la derecha de leer un guión según el número de As y Bs de los papelitos. Todas las ramificaciones de la historia tomaban lugar en el mundo de ciencia ficción, como prometía la descripción de internet, la gran tensión era que los personajes habitaban una realidad donde es posible saber la fecha en la que iban a morir.
Es ridículo lo embobados que nos tuvieron. En la tarima estaban las dos mujeres con sus equipos, una pantalla donde proyectan ilustraciones según las decisiones que nosotros tomáramos y algunas pistas musicales. Pero ya. Su herramienta es la narración, punto.
Yo no sé si la gente que hacía radio antes de Internet también le había apostado a las artes escénicas, pero para mi estos shows son muy, pero muy cercanos al fenómeno podcast. Según entiendo, los productores organizan shows para crecer, o sea que tiene mucho de mercadeo. Sin embargo, yo veo algo más potente.
Ir a un evento de podcast en vivo es algo como ir a una obra de teatro, también tiene luces, historias, música y utilería. Sin embargo, en estos shows lo más importante es la narración de lo voz humana, acá las palabras lo son todo. Para mi, es muy parecido a cuando era pequeña y un adulto me leía un cuento, solo necesitaba de la voz y las palabras para conectarme, algo que solo volví a sentir cuando crecí y empecé a escuchar los programas de radio que oigo hoy. En últimas, tanto los podcast como los podcast en vivo apuntan a lo mismo: a que un narrador nos lleve a otras realidades.
Si me preguntan, me gusta la versión en vivo porque puedo ver a la gente que sigo desde la voz, eso es chévere de vez en cuando. Y, si tienen suerte como mis amigos y yo, y pueden asistir a un evento de ese tipo, bebiendo una buena cerveza rubia en un bar/teatro/café, entonces la experiencia es una locura. Espero que algo así se haga pronto en Bogotá.