Té, chocolate y café (recuerdos de infancia y adultez)
Estoy en el punto en el que, si estuviera en mi casa, me levantaría del escritorio y prepararía un buen café. En cambio del sabor medio amargo y la cafeína que ayuda a escribir, voy a la cocina de los dormitorios a rellenar mi termo con agua caliente para preparar más té.
En general, a la población de China no te gusta el tinto porque les sabe a remedio. Resulta que en la medicina tradicional hay una cantidad apreciable de menjurjes con un amargo similar al del café. Lo mismo pasa con la canela, es un sabor tan popular en los medicamentos locales que no hay peligro que un chino se coma un cinnamon roll.
Ahí dejo el dato curioso. Otra vez para mí, lo que en Bogotá era una comodidad cotidiana en China debe reemplazarse. No está mal, el té adelgaza. De vuelta en mi escritorio la infusión de hojas sabrá a buenos recuerdos.
Cariños desde la mitad del mundo en la que ya es de noche,
Laura
Beijing, 2 de Octubre de 2013
laurarojasaponte@gmail.com